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La Élite.

El hecho de pagar una comisión a un hotel o empresa, para que nos dé un servicio rentable, es una práctica habitual desde hace décadas. Por suerte, no todos los taxistas de Barcelona lo hacen. Se calcula que no llega al 10%.

Las paradas de los hoteles de Barcelona están abandonadas por el taxista que realmente sí da servicio a la ciudad. Esto es motivado porque parar en una de esas paradas es algo inútil, porque cuando hay algún servicio del hotel, aparece un taxi comisionista y se lleva el servicio que realmente sería para el primero que está en la parada.

Ya han sido muchos los intentos de parar estas malas praxis, pero solo se han quedado en intentos porque el taxista siempre ha tenido miedo a enfrentarse a estos taxistas comisionistas porque acaban en fracaso.

Realizar una denuncia ante el Instituto Metropolitano del Taxi de Barcelona es algo bastante estéril. Tampoco sirve la firma de otros compañeros como testigos de esa infracción. No, no sirve. Lo he comprobado en alguna ocasión.

¿Qué nos queda?, pues lo que es normal que ocurra; un nuevo intento de erradicar estas actitudes con un movimiento espontaneo.  No hay otra forma, o mejor dicho, nos nos dejan otra forma. La incapacidad de las autoridades es patente. Un Instituto dedicado exclusivamente para el servicio de taxi es incapaz de sanear el sector del intrusismo interno de este calibre aunque lo refleje en el Reglamento.

Está claro, y cada vez más, que la autoridad es eficaz para el control burocrático del taxista. Hoy, un taxi, va completamente legal en cuanto precintado de aparatología y de documentación pertinente para ejercer este servicio. Para esto es muy eficaz la autoridad. Para garantizar la legalidad de prestación de servicio ha sido todo un ejemplo de control exhaustivo para que todos los taxis de Barcelona vayan legalmente controlados, pero en lo referente al intrusismo interno y externo es completamente inútil.

Por otro lado está Turismo de Barcelona que, cuando hay una feria de envergadura, nos pide colaboración. ¿Alguien le va a pedir colaboración a Turismo de Barcelona para que recomiende a los hoteles que dejen de pedir comisiones y dispongan del servicio de taxi de forma normal y honesta? ¿Solo está este ente de turismo para pedir colaboración, mientras sus hoteles cobran precios desorbitados cuando hay un evento como el de telefonía?

No sé cómo puede terminar esto, pero hoy ya hay otra iniciativa en marcha por parte del taxista anónimo, sin siglas, para parar las comisiones. Para tener éxito solo hace falta la participación activa del resto del sector honrado. Solo eso. Nada más. Solo hacer lo que el sentido común dicta.

Ojalá sea esta iniciativa la definitiva. Ojalá el colectivo se posicione al lado de los que sí quieren que se acabe y no se ponga de perfil como tradicionalmente lo ha hecho. Ojalá los propios comisionistas den un paso al frente y sean conscientes de que, esa forma de trabajar, solo les trae malestar a todos los taxistas. Ojalá sea el principio del fin de la dejadez de las administraciones en todos los temas. Y, ojalá, sea este el movimiento diferente que necesitamos.

La ÉLITE tiene todo mi particular apoyo, y hago un llamamiento a todos los compañeros honestos para que se una a esta nueva oportunidad que nos ponen a nuestro alcance. Es una oportunidad para demostrar que no somos tan manejables como muchos se imaginan. Una oportunidad para demostrar que nuestro trabajo es fundamental para nuestro bienestar. Una oportunidad para decirle a la ciudadanía que la mayor parte (casi unánime) del sector hace su trabajo honradamente y no quiere tolerar que nadie manche este honor colectivo y mayoritario. Una oportunidad de decirle a la administración que la defensa del taxista integro tiene que ser defendida todos los días sin descanso.

 Que se enteren que…¡estamos vivos!

PD: no quiero terminar sin agradecer a las fuerzas del orden (Mossos d’Esquadra y Guardia Urbana) el tratamiento perfecto que está dando a los taxistas honrados que participan en este movimiento. ¡Gracias!

 

A la espera de una medida.

No es extraño ver la diferencia de lo que es una asociación de corte político con las que no. Tampoco es igual la gente que lidera unas y otras, pues mientras unas tienen como fin el dominio de un sector, las otras realizan acciones sin pensar si les beneficiará como fundamentos para la permanencia de un predominio. Son muy diferentes. Pero este tema no es la intención de este escrito.

En el taxi barcelonés se disfruta de una representación dentro de una Taula Tècnica, que es el máximo órgano de representación del sector en el ente regulador del servicio de taxi. La Taula está formada por asociaciones que, actualmente, dos de ellas representan al autónomo, mientras otras dos representan al taxi de forma empresarial. Es difícil entender que haya un 90% de autónomos y la representación sea del 50%. Tampoco es este el tema que quiero tratar.

Las dos asociaciones que representan al taxista tradicional trabajan para mejorar las condiciones laborales y económicas del autónomo, pero a nadie se le escapa que, en sus acciones, siempre se ve la intención de atraer más y más asociados. Las dos saben que carecen de apoyos estables, pero actúan como si el grosor del sector les alentase e incluso son capaces de decir cosas como: “el sector quiere…”, “el sector está de acuerdo en…”, “el sector necesita…”. Se hacen dueños de la voluntad de todos sin ni siquiera pedirla. No, tampoco es esta la intención de este artículo.

La discusión más candente es la intención de poner una medida que intente paliar los destrozos de esta larga crisis. Saben perfectamente que no habrá ni una sola medida que contente a no más de un 30% del total. Lo saben y una de ellas ha optado por la vía del convencimiento buscando una firma que les lleve a la implantación de la medida deseada por esta asociación. Su medida.

Aprovechando el hastío del colectivo de autónomos a causa de la espera de soluciones, quieren que un buen número de taxistas les dé su firma para colocar su medida. No hay que olvidar que es su medida, no la que votó el sector. Y no hay que olvidar que al sector ya se le preguntó de la forma más democrática posible qué medida quería.

En febrero de 2012 se dio la oportunidad al taxista para que dijese qué medida era la más idónea según el criterio de cada uno. Votó un 70% del sector. Todos aceptaron el resultado.

En mayo de ese mismo año se celebran elecciones representativas. Vota un escaso 30%. La asociación que más votos tuvo no apoyó la implantación de la medida que salió en febrero porque no es la suya. La suya es otra, y es la que intenta implantar hoy con la ayuda de unas firmas que intenta obtener.

Lo que no se ganó en las urnas, se intenta conseguir de forma distinta. Esto sí es lo que quiero que sepan de estas líneas.